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La ciudad de las Artes y las Ciencias se prepara para acoger, un año más, el Valencia Open 500. En las instalaciones ya se ha disputado durante el fin de semana la fase previa del torneo, pero hoy empieza el tenis de verdad. Los aficionados al tenis estamos acostumbrados a ver lo que sucede dentro de las pistas, pero en esta ocasión podremos mostraros los entresijos del segundo torneo español más importante del calendario ATP.

 

El evento tiene lugar la semana del 21 al 27 de octubre, a las puertas del último Masters 1000 de la temporada, Paris-Bercy, y coincidiendo con el torneo de Basilea, ciudad de Roger Federer. Este año, figuras de la talla del helvético, Tomas Berdych, Juan Martín del Potro, Richard Gasquet o Stanislas Wawrinka se han inclinado por jugar en la localidad suiza, mientras que Rafa Nadal o Novak Djokovic optaron por descansar. Sin embargo, el torneo mediterráneo presenta un cuadro nada desdeñable. Jugadores consagrados como David Ferrer, Gaël Monfils, Tommy Haas, Nicolás Almagro, Jerzy Janowicz, John Isner, Mikhail Youzhny o Gilles Simon han elegido Valencia. "Es cierto que tenemos una gran competencia con Basilea"- admite un miembro de la organización-. "Basilea paga mucho, pero Valencia no tiene grandes premios. Somos una especie de hermano pobre."- continúa, al tiempo que nos desvela que Rafa Nadal tiene un contrato de tres años con el torneo suizo.

 

¿Cómo funciona un torneo ATP?

|Valencia Open 2013|

Janko Tipsarevic se retira del Open tras solo 3 juegos disputados

Además del torneo de Basilea, existe otra circunstancia que condiciona el desarrollo de este torneo. El Ágora abre sus puertas en la semana previa al último gran torneo del año (ATP Finals aparte), y muchos tenistas llegan justos de gasolina a este tramo final de la temporada. El serbio Janko Tipsarevic, por ejemplo, se ganó los abucheos de la grada valenciana al retirarse de su partido contra Marcel Granollers con 2-1 en el primer set. Ya el año anterior había sucedido algo similar con el tenista de Belgrado. "A veces parecemos un torneo maldito. Nunca sabes si Tipsarevic vino de vacaciones o vino a competir, pero lo cierto es que a muchos jugadores les atrae Valencia porque ven que puede ser un modo de conseguir puntos un poco más "baratos" de cara a final de temporada. Además, el Open tiene un atractivo especial por sus instalaciones"- afirma nuestro protagonista.

A pesar del alto nivel de los competidores, hay una serie de jugadores que disparan el interés por un torneo de estas características. "Los tres primeros mueven mucho dinero. Desde que se filtró que Djokovic podía jugar Valencia (he de reconocer que nunca hubo más de un 0,005 % de posibilidades de que viniera) nuestro teléfono no paró de sonar. Sin embargo, la recaudación en taquilla no ascendió tanto, lo cual es llamativo". También apunta que los tenistas españoles tienen mucho tirón.

 

Este año se ha producido el debut de Juan Carlos Ferrero como director del torneo, pero ¿quién es el propietario? "Hay que distinguir el propietario del torneo con el propietario de la semana. Hace años, la ATP necesitaba financiación y empezó a vender semanas del calendario a propietarios privados. Como resultado, hoy encontramos semanas que son de la ATP y semanas que son de empresas, aunque últimamente la ATP está reinvirtiendo la tendencia y tiene la intención de recuperar el control. Nuestra semana es propiedad de Octagon, y cuando quiera se la lleva de Valencia".

 

La semana del torneo es dura. Hay un gran flujo de personas, público, periodistas, jugadores, acompañantes, y trabajadores del Open. "Cada año contamos con entre 130 y 150 voluntarios que nos hacen el trabajo más fácil. En cuanto a los trabajadores remunerados, prácticamente no hay rotación de personal, llevamos cinco años prácticamente los mismos. No cobramos mucho, pero hay muy buen ambiente y estamos muy contentos" ¿Y qué es lo más difícil? "Probablemente la sostenibilidad, se producen muchos residuos y hay un buen gasto de energia. Este año, con Ohlimpia, hemos dado un gran paso en ese aspecto. Otros aspectos, como relaciones con los patrocinadores o responsabilidad social, también requieren mucho tiempo, pero estamos más acostumbrados"- concluye.

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