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Cosme

Javi

NO

Soy fan del tenis jugado sobre hierba. Disfruto muchísimo durante el mes de julio, pero no veo qué podría aportar un Master1000 en esta superficie. La hierba es tradición. No en vano, los Grand Slam disputados sobre césped eran mayoría antiguamente. El encanto y el prestigio de torneos pequeños como Queen’s viene precisamente de ese respeto por el tenis de siempre. Son el último reducto para los románticos. Aumentar la temporada de hierba la haría menos especial. Sobre verde se juega el torneo más importante del mundo y la necesidad de prepararlo nutre de grandes figuras los cuadros de los pequeños torneos que lo preceden. No necesitamos más. La tendencia a igualar las superficies (business is business) invalida el argumento del desequilibrio entre torneos jugados en dura, tierra batida o hierba. En todo el circuito, no hay siquiera un solo gran especialista en hierba, lo que evita la existencia de grandes perjudicados por su escasa presencia en el calendario. La hierba no necesita ser reivindicada. Ella se basta para ofrecernos el juego más puro y auténtico de la temporada. No es una cuestión de justicia, sino de respeto. Hierba, tu nombre me sabe a tenis.

Voy a ser realista. Sé que el calendario está muy apretado, que la serie de Masters 1000 a lo largo del año está bien distribuida y que ni jugadores ni aficionados parecen pensar en verde. Además, tras Wimbledon, no se insinúa ningún torneo alternativo sobre césped que pueda destacarse hasta el punto de poder organizar un evento de esta magnitud.

 

Pero como dice Sabina, "y sin embargo...". Sin embargo, la realidad es que la gira de hierba se reduce a poco más de un mes de competición, con un Grand Slam y cinco torneos 250. 6 torneos. En la práctica, de esos 6, los grandes jugadores solo juegan en All England Club. Un torneo al año. La tierra batida cuenta con 22 eventos ATP (3 M1000), y la pista dura suma 37 (6M1000). Se echa de menos un poco más de hierba fresca en el verano, un terreno que siempre es más propicio a las sorpresas y donde se puede ver un tipo de tenis absolutamente diferente al habitual. 

 

Claro está que habría que buscar o crear un evento con el status de gran torneo, y no resultaría razonable meterlo con calzador a corto plazo, pero a la larga, creo que sería positivo para el tenis introducir una planificación más equitativa y, por qué no, más romántica. ¡No me digas que no sería bonito!

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