Si el tenis fuese música, Gasquet sería Mozart; si fuese pintura, sería Monet; si fuese teatro, Shakespeare; si toreo, Rafael de Paula. Gasquet vive de su inspiración, de su pacto prohibido con las musas, de la belleza que se refugia en el tenis. El francés convierte el deporte en arte. La estética plasticidad de sus golpes trasciende de lo que ocurre en la pista. Trayectorias imposibles, líneas que bien podrían formar un pentagrama, simetrías esperando ser descubiertas. El desarrollo de los puntos o el resultado del partido se convierten en anécdotas irrelevantes cuando el profesor coge la raqueta.

Los medios ya centraron sus focos en él cuando contaba con apenas nueve años. Un prodigio así no se encuentra todos los días. Por eso no se consideró una sorpresa cuando en 2007 alcanzó las semifinales de Wimbledon por primera vez. Sus victorias siempre se asumen con naturalidad y sus derrotas reciben la misma indulgencia que los suspensos del ojito derecho de papá. "Mala suerte, la próxima vez será". "Hoy no era el día". Cómo no se le va a perdonar a quien lleva el tenis a otra dimensión. Richie posee el revés que todos los niños desean, la derecha que las escuelas intentan enseñar, una volea sencillamente perfecta y una imaginación desbordante que le convierten en una de las debilidades de la gran mayoría de aficionados. Si el tenis no hubiese existido en 1985, lo hubiese inventado él. Seguro.

El francés tiene una Fundación de ayuda a los adolescentes que luchan por encontrar su lugar dentro de la sociedad y que padecen falta de confianza en sí mismos. Quizás esto sea indicativo del porqué su carrera ha zozobrado sin rumbo durante tantos años. Piatti destaca el trabajo psicólogico que está haciendo con Gasquet. En palabras del italiano, a lo largo de toda su carrera, Richie siempre ha buscado excusas durante los partidos que le ayudasen a perder. Cualquier justificación era válida para no afrontar un esfuerzo, para no asumir una responsabilidad. Están trabajando en ello y empieza a notarse. Durante años, Gasquet ha sido Peter Pan jugando al tenis. Ahora que se ha convertido en hombre, veremos si su progresión está a la altura de su talento.