top of page

Roland Garros 1989. Pista Phillipe Chatrier. Cuarta ronda. El número 1 del mundo, Ivan Lendl, no ha cedido un solo set en todo el torneo. El triple campeón del Grand Slam parisino parece encaminarse hacia otra plácida victoria tras ganar las dos primeras mangas por 6-4 6-4 a Michael Chang, un adolescente americano de poco más de 1,70 m de estatura que juega por segunda vez en la capital francesa.

 

Sin embargo, el jugador estadounidense, de solo 17 años, no se da por vencido y gana el tercer set por 6-3. El jugador checo, normalmente de carácter impasible, comienza a impacientarse ante el estilo de juego corretón y defensivo de Chang, que no da una bola por perdida. El tricampeón comienza a acumular errores no forzados, y en el sexto juego del cuarto set, comete una inoportuna doble falta que le da el break al americano. Poco después, Lendl protesta airadamente una decisión del juez de silla Richard Ings, situación que el teenager aprovecha para visitar los vestuarios, otro hecho que enfurece al número 1.

 

A partir de ese momento, Chang adopta un patrón de juego nunca visto hasta el momento. Comienza una estrategia de bolas inusualmente altas, casi globos, desde el fondo de la pista, para contrarrestar los raquetazos de un iracundo Lendl. No contento con ello, aprovecha el tiempo que tarda en bajar la bola en realizar grotescos estiramientos para esquivar el cansancio (Chang declarará tras el partido que sentía calambres cada vez que golpeaba la bola). En cuanto tiene la oportunidad, el americano se juega un golpe ganador con el fin de acortar el punto, dejando patentes sus problemas físicos. Mientras tanto, el público francés ríe y grita asombrado ante la ridícula situación. De este modo, el jugador de origen asiático gana el cuarto set y toma ventaja en el quinto por 2-0, mientras Lendl gesticula desesperado ante lo que entiende como una burla hacia él.

 

A pesar de todo, los gestos y gritos agónicos de Chang parecen indicar un inminente abandono, y cada punto se convierte en una batalla física y mental. El resultado, sin embargo va por otros derroteros, ya que Chang se sitúa 4-3 con break arriba en la manga decisiva. El gran campeón envía misiles rabiosos a las lineas exprimiendo al estadounidense, que con 15-30 abajo, recurre a uno de los movimientos más polémicos de la historia de este deporte. Se acerca a la línea de servicio y, ante la sorpresa de todos los presentes, saca sin tirar la bola a lo alto, con la mecánica de un golpe de derecha. Un Lendl atónito sube alocadamente a la red y pierde el punto, mientras Chang se lleva las manos a la cabeza celebrando el punto como si le fuera la vida en ello. El checo vuelve a la línea de fondo tocandose las sienes con el dedo índice, preguntándose de qué manicomio ha salido el chico que tiene al otro lado de la cinta.

 

El saque más famoso de la historia

La técnica fue conocida a partir de entonces como saque-cuchara, y se entiende como una forma de humillar al rival que prácticamente jamás se utiliza. El episodio fue descrito después por Todd Martin como "el último guijarro que derribó a Goliath", y terminó por decantar el partido. Chang se anotó el último set por 6-3, no sin antes dejar otro gesto para el recuerdo. Con dos bolas de partido y segundo servicio de su rival, decidió adelantarse hasta el cuadro de servicio para restar. Lendl cometió una doble falta y Chang se tiró a la tierra de París celebrando su épica y controvertida victoria. El estadounidense, con solo 17 años, se proclamó campeón ese año en Roland Garros, iniciando así una sólida carrera, aunque no tan brillante como el público de la Chatrier imaginaba cuando le vio sacar de sus casillas al mejor jugador del mundo.

 

  • Facebook Classic
  • Twitter Classic
  • Google Classic
  • RSS Classic
bottom of page