Grandes campeones y creadores de buen rollo como Carlos Moya, íntimo amigo de la mayoría del equipo español, han fracasado estrepitosamente. Por lo tanto y en primer lugar, poca relación debe existir entre el rendimiento como jugador y las aptitudes para entrenar. La campaña de acoso y desprestigio empieza a ser vergonzosa. Ninguno conocemos la preparación de Gala León para el puesto y es muy injusto arrojarla a los pies de los caballos por su trayectoria como jugadora, que por cierto, ahora parece que estar entre las 30 mejores jugadoras del mundo es moco de pavo. Curioso el concepto de competición que se tiene desde el sofá o desde un micrófono... Tu quoque, Brute, fili mi

Además, el deporte es el mismo para hombres y mujeres y ni por asomo concibo que Gala León no sea capaz de analizar el juego de un tenista después de estudiarle. El juego lo conoce a la perfección. Es más, el tenis femenino es más variado que el masculino, lo que puede darle una pequeña ventaja comparativa, quién sabe. Y te recuerdo que el entrenador de la Davis no es un entrenador al uso: decidir jugar con dos singlistas o con tres, prever si un punto puede alargarse varios sets, detectar debilidades del rival o seleccionar especialistas tampoco es para volverse loco. Y problemas de compromiso ya se ha visto que los tenemos todos, incluso cuando los capitanes son colegas. De todas formas, no entiendo por qué tiene que hablarse con los tenistas para consultarles nada, stop al amiguismo y al fracaso que se ha visto que conlleva. Me conformo con que si deciden hacerle la cama (aunque parece que nuestros tenistas son más partidarios de que la haga ella), les desenmascare a todos públicamente. Estoy con Gala.